miércoles, 23 de enero de 2019

LAS REDES SE IDEARON PARA PESCAR


¿Desde dónde estás leyendo este artículo? ¿Cada cuánto tiempo revisas tu Smartphone? ¿Cuántas veces has entrado hoy en tus perfiles sociales? ¿Qué es lo último que haces justo antes de acostarte? Estas son solo algunas preguntas que todos podemos hacernos para saber, o al menos intuir, si nos hemos convertido en unos auténticos ‘zombies’ digitales, y necesitamos nuestra dosis diaria de Smartphone y redes sociales.




Los actuales teléfonos móviles llamados… inteligentes, y las redes sociales forman hoy en día un binomio prácticamente indisoluble. Podríamos decir que este ‘flechazo’ se veía venir, ya que comparten un fin bastante similar, multiplicar nuestros niveles de comunicación y amplificar nuestra relación con los demás. Como resultado, esto ha derivado en una ‘tormenta perfecta’ dónde el móvil se ha convertido en el altavoz idóneo  para ese ‘monstruo’ que devora cada minuto de nuestra existencia, los perfiles sociales.

Irse de viaje ya no es suficiente, hay que hacer un ‘publirreportaje’, Cenar en un buen restaurante no basta, todos deben conocer el menú, ver una película ‘del tirón’ carece de sentido si no podemos opinar sobre ella  y decir lo mucho que te gusta al instante … en definitiva, el mundo ‘tiene’ que envidiarte ¿De verdad era este el objetivo de las redes sociales?, Poco importa eso ya, pues su influencia es tal, que nuestro cerebro ha ‘mutado’ con ellas. Se sabe que son capaces de generar cambios en neurotransmisores como la oxitocina, adrenalina o dopamina entre otros, y que hemos asociado su uso con el placer, produciendo un efecto similar al de cualquier droga cuando alguien nos ‘comenta’ o nos da un ‘like’. ¿Son las redes sociales una droga más? Si nos atenemos a  una de las acepciones de la RAE (3. f. Actividad o afición obsesiva.), pese a su normalización, si lo  son.

Pero no nos engañemos, como sucede con todas las drogas, ese ‘subidón’ (de ego) es mucho más efímero que el daño que viene después. En este caso nos impiden disfrutar de cualquier momento o actividad de forma sana y natural, incitándonos a proyectar una imagen de nosotros mismos y de nuestra felicidad, que en muchas ocasiones dista bastante de la realidad, a la vez que nos generan un nivel de autoexigencia constante muy poco saludable. No es fácil ni sano mantener ‘ese’ nivel de vida más acorde al de una estrella del rock o al de un actor de Hollywood. Seguro que, como nosotros, tú también has caído alguna vez en el “aquí sufriendo” o “… ni tan mal” ¿Verdad que sí?



En resumen, podemos decir que la digitalización y el uso de las nuevas tecnologías, han facilitado y mejorado, por qué no decirlo, en muchos aspectos nuestras vidas. El problema surge cuando la balanza se desequilibra, y en lugar de generar facilidades, genera dependencias. El uso indispensable que le damos a los smartphones, sumado al fácil acceso que estos dan a las redes sociales ha contribuido de forma muy importante a este nuevo y nocivo patrón de conducta social. ¿Cuántos de nosotros no nos hemos reunido con amigos en una terraza para terminar prestando más atención al dichoso móvil? Las enormes posibilidades de evasión que ofrecen las RRSS hacen que muchas personas quieran ser un ‘Avatar’ más en ‘Pandora’, ya que al igual que en la famosa película, la realidad está llena de problemas que son necesarios afrontar, mientras que la ‘vida virtual’ siempre es más fácil.

La sociedad actual no ha sabido interpretar de la forma correcta en el uso de estos recursos digitales y en muchos casos está logrando todo lo contrario de lo que buscaba, generando un importante aislamiento social y una dependencia continua ante la aprobación de los demás. Como casi todo en la vida, las RRSS pueden ser muy positivas si se utilizan de forma correcta, pero nocivas si les damos un mal uso. Busca el equilibrio y siempre prioriza tu ‘perfil’ real. Sé UniHco.

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